Yo no empecé como “director de marketing” ni como “experto en ventas”.

Empecé como muchos: probando de todo, trabajando de bartender, haciendo hamburguesas… buscando cómo salir adelante.

Y aunque parecía que avanzaba, en realidad me sentía igual que muchas emprendedoras hoy: estancado, con esfuerzo diario pero sin resultados reales.

La gran lección me llegó en casa. Mi esposa tenía un negocio de belleza que parecía no despegar. Cada mes era lo mismo: mucho trabajo, poca ganancia y la sensación de que el negocio estaba a punto de morir.

Fue ahí donde empecé a probar lo que hoy se convirtió en el Sistema ACCELERA Evergreen: con un presupuesto bajísimo, logramos que sus servicios empezaran a tener citas constantes, que los clientes regresaran y que finalmente el negocio funcionara.

Esa experiencia me enseñó que no necesitas ser “la más famosa” ni invertir miles en publicidad. Lo que necesitas es un sistema replicable que atraiga, califique y convierta clientes de verdad.

Hoy esa misma metodología la he aplicado con spas, estudios de skincare, clínicas y diversos negocios de servicios ayudándoles a pasar de sobrevivir a escalar.

Porque si un negocio puede renacer con poco presupuesto y mucha estrategia, el tuyo también puede hacerlo.